Nombre de la institución: Gobernador Doctor Amadeo Sabattini
Domicilio: Diego Pacheco 4980 - Barrio San Felipe
Te: 4338626
Fecha de Inauguración:
Un poco de historia: ¿Quién es Amadeo Sabattini?
AMADEO SABATTINI (1892-1960): Líder carismático -el mayor que tuvo Córdoba en el siglo XX-, Amadeo
Sabattini simbolizó el contraste entre la nación autoritaria y la 'isla
democrática'. Esa percepción arrancó del tiempo en que, a despecho de los
acontecimientos nacionales, gobernó la provincia de Córdoba (1936-1940) en
democracia, respetando las libertades públicas y promoviendo reformas
progresistas en lo económico y en lo cultural. Sabattini, radical de cuño
yrigoyenista, fue partidario de la redistribución de la propiedad agraria
frente a los terratenientes y de la enseñanza laica frente al clero, y apostó a
un Estado fuerte pero no grande y a una ética rigurosa en el ejercicio de la función
pública.
"Después
de Hipólito Yrigoyen la bandera radical estuvo custodiada por él -Amadeo
Sabattini-. Su vida fue un ejemplo de conducta, incomparable en la historia
política de la República. Su mística lo hizo señor del renunciamiento en aras
de la grandeza moral de la ciudadanía" (Arturo Illia).
"Hemos perdido un auténtico ciudadano de la patria. Supo servirla con su espíritu y decisión, es decir con honestidad, decencia y desinterés. Difícil será llenar su lugar en la lucha que debemos afrontar en pro del país, pero su ejemplo ha de impulsarnos para lograr la meta por la que tanto bregó" (Ricardo Balbín).
"Vieja casona de la calle
Mariano Moreno, en Villa María. Techos altos, corredores y paredes que exhiben
manchones de humedad. Piso de madera, ya envejecidos por el tiempo. Antiguos
muebles, sencillos y humildes; cama de hierro en la que murió un día, un
patriota ilustre con una mano sobre el corazón, tal como había vivido.
Testifican el amor familiar las paredes, de las que penden varios retratos de
hijos y nietos. Otro de Yrigoyen, como testimonio de leal adhesión a una
conducta ya un ideario excelso.
Vivió allí
durante más de cuarenta años el hombre que mantuvo el control político de una
importante provincia durante tantos años. Personalidad ilustre, consular,
realizadora y noble, de la política nacional, pilar relevante y abanderado que
-como lo afirmó Ricardo Balbín- creyó en el concepto moral de la política y
dejó el ejemplo de su vida y una conducta insobornable.
Vieja casona
de aislamiento y, muchas veces, de mutismo. Un dejo de leyenda colmó su
presencia en la tranquila villa, centro de la geografía argentina, donde se
levanta la vetusta 'cueva' del 'nuevo peludo'.
En el ocaso
cordobés, cuando el hábito fresco y suave colmaba la villa, una relevante
personalidad caudillesca, con un dejo de excentricidad y de misterio,
abandonaba la humilde casa para caminar en la acera, con su delantal blanco y
su boina vasca negra echada un poco para atrás. Delantal de médico y de
maestro. Maestro del pueblo. La cabeza levantada y el paso lento y corto. El
sueño hacia arriba, el andar adelante y el corazón en la República.
Se llamó
Amadeo Sabattini. Ministro de gobierno, gobernador ejemplar; hombre austero y consecuente
con las ideales que motivaron su soldadesca republicana y democrática.
Constructor e innovador en las costumbres políticas, uno de los primeros
políticos argentinos en sostener contenidos ideológicos, sociales y económicos
con su fórmula de 'pan y libertad', de los que hoy se nutre la democracia
social sustentada por el radicalismo. Conciliador que propugnó una unión
cívica, unión de los radicales, como basamento fundamental para las grandes
construcciones argentinas. Dijo un día: 'Yo soy la vieja que arregla el baile.
Lo que quiero es arreglar a los radicales. Una vez que las parejas se pongan de
acuerdo, bailarán mejor'.
Vieja casa
de la calle Moreno. Un caudillo camina en la acera. Lo hace muchas veces.
Algunas, el paseo culmina sentándose el ídolo popular en el frontis de la
'cueva'. Así lo encontró un día un hombre del sur de la Provincia de Buenos
Aires, a quien invitó a pasar de inmediato. El techo alto, la pared abandonada,
los pisos de madera, el retrato de don Hipólito, la cama de hierro donde, un
día, se le encontró muerto con una mano en el corazón y otra sobre la nuca como
pensando y sintiendo el país, sus angustias, su porvenir incierto.
Villa María
se vistió de negro. También el país y el pueblo, presentes en la desgracia. Las
casas de familia tuvieron sus crespones. También la democracia. El pueblo tomó
el féretro. Un silencio sin medida fue interrumpido por un toque de atención
del trompa de la banda. La bandera nacional, puesta a media asta en todos los
edificios del Ejército, la Armada y la Aeronáutica Perdió la Nación a un
patriota esclarecido, pero ganó la enseñanza y la obra de una conducta recta y
proba."
Fragmento de
un discurso pronunciado por el Dr. Eduardo Giorlandini.
"...su franciscana pobreza, su vida austera y
frugal era también algo que no podía menos que seducir, como un rasgo
definitorio de su personalidad. Escogía el corazón entrar a esa casa de la
calle Moreno, en Villa María. Vivía solo desde el año 1945. Entre esas cuatro
paredes peladas, el visitante se daba cuenta de inmediato que a Sabattini no le
interesaba el dinero, como tampoco la figuración, el sensualismo del poder o el
halago de la sociedad, ... Por eso su consejos y actitudes políticas tenían la
afilada y dolorosa sinceridad de aquello que es expresión de absoluto
desinterés, y por eso la palabra "conducta" era la que estaba
permanente en su boca: "...La vida de un radical -decía- en definitiva es
eso: conducta..." y Sabattini era conducta y se sentía por sobre todas las
tentaciones del político. Cuando Perón le enviaba mensajeros a San Ramón
ofreciéndole entrar en una combinación con él, don Amadeo comentaba con voz
ronca y pausada: "... Soy tan humilde que no tengo precio. Estos que
gobiernan la Argentina se están rodeando de gente que no vacilara en vender la
soberanía como en los peores tiempos de la oligarquía y con la plata que les
sobre tratarán de comprar a los hombres que se venden. Yo no soy de esos..."
Su intransigencia excluía todo matiz. Puede haber sido en ciertos aspectos un error, pero para su caracterización personal resultaba fundamental, era claro y sin pelos en la lengua. Cuando lo acosaban para definirlo se desembarazaba con claridad criolla: "...En política ni a favor ni en contra de nadie. Los comunistas son tan porquería como los fascistas..." Como los viejos caudillos de la Patria, veía las guerras internacionales con desconfianza y las castigaba sin retórica: "...Guerra a las guerras, que son siempre imperialistas... Para ellas, ni una gota de sangre argentina, ni para el totalitarismo ruso, ni para la plutocracia yanqui... Nada de contaminaciones ni de contubernios..."
Su intransigencia excluía todo matiz. Puede haber sido en ciertos aspectos un error, pero para su caracterización personal resultaba fundamental, era claro y sin pelos en la lengua. Cuando lo acosaban para definirlo se desembarazaba con claridad criolla: "...En política ni a favor ni en contra de nadie. Los comunistas son tan porquería como los fascistas..." Como los viejos caudillos de la Patria, veía las guerras internacionales con desconfianza y las castigaba sin retórica: "...Guerra a las guerras, que son siempre imperialistas... Para ellas, ni una gota de sangre argentina, ni para el totalitarismo ruso, ni para la plutocracia yanqui... Nada de contaminaciones ni de contubernios..."
La soledad creciente de su vida fue la que amparaba su
persona cuando lo encontró la muerte el 29 de febrero de 1960. El corazón lo
traicionó a la noche. Cuando lo hallaron, hacía ya varias horas que era
cadáver. Tenía el rostro sereno, una mano sobre el pecho, como si estuviera
jurando ante la posteridad y con la cara vuelta hacia la ventana, como si
quisiera astisbar la aurora que siempre había predicado. Y de puro humilde se
murió en año bisiesto, como para que no tuvieran que recordarlo todos los años,
sino a intervalos..."
Fragmento del libro de EDEL CELESTINO 'NEBLINA'
CIARDIELLO.
Don Amadeo
Sabattini, por Ángel Vargas
"Poco
hace que desapareció el gran introvertido y por eso solitario, el gran místico
y por eso reconcentrado, el gran intuitivo y por eso impasible.
No
magnificaríamos que estudiar lo que se podría llamar la mística de Don Amadeo,
sería como "zambullirse en una tinaja de filosofía" (al decir de
Diógenes), pero es evidente que había en él como los hombres de gran personalidad,
algo de particular y misterioso que atraía. Su personalidad vigorosa se
agigantaba en la convicción férrea de los ideales que mantuvo toda su vida,
dándole temple, carácter y entereza moral, que determinaron su gran firmeza de
conducta.
Por su
estoicismo, por su austera vida, por su humildad, por su sencillez, en una
palabra por su ascetismo, muchos, y algunos sin decirlo, lo compararon con un
monje.
Creyó en la
juventud, sin que esa fe suya se viera disminuía por especulaciones electoralistas.
Aborreció la demagogia porque no podía admitir en el hombre una dualidad para
engañar a los demás...."
(Fragmento
de un libro del historiador Ángel Vargas sobre la figura del Dr. Amadeo
Sabattini. Libro editado en la ciudad de Córdoba por el Ateneo Adelante y la
Escuela Nacional de Política.)
“Los hombres de pensamiento y las masas trabajadoras,
son los que van a mantener la vigencia del régimen democrático”. - Don Amadeo
Sabattini.
Sabattini,
por José Mellano
"El que
habla pudo cumplir con el deber impuesto por la militancia partidaria y por
viejos lazos de amistad, participando en el apoteótico homenaje póstumo que el
pueblo de la República rindiera con emoción a quien en su tránsito por la vida
se constituyera en una auténtica figura señera de la democracia argentina, en
gobernante probo y capaz, y sobre todo en ciudadano íntegro que hiciera de la
libertad un credo y de la austeridad un culto.
Tremendo
dolor de multitudes fue el que acompañó los restos mortales del viejo líder hacia
su última morada, cubierto el féretro con las banderas que dignamente
enarbolara en toda su existencia: la azul y blanca de todos, y la roja y blanca
de la U. C. R.
Podría
haberse orado, merecidamente, la musa cívica del Poeta: "Visión de la
Patria en vela / el ataúd va pasando / entre una lluvia de flores / entre una
lluvia de flores / y un tremolar de pañuelos".
Y repetir
debemos aquí los radicales, las frases sublimes de la despedida postrera,
porque es bueno que los jóvenes que me escuchan adviertan cómo las páginas de
la historia se abren prestas para recibir en letras de oro los juicios que sólo
merecen quienes supieron calar hondo en el afecto del pueblo, sirviéndoles con
honradez y lealtad, dándole primacía a los valores morales para levantar diques
de contención a la concupiscencia, a la venalidad y la corrupción.
Es que Don
Amadeo, encontró su destino singular en la luz de sentimientos y de ideas que
hablaban de amor a la causa de su Patria. Esa causa para él se traducía en
libertad, justicia, paz, en el respeto mutuo y en el orden jurídico, progreso y
fundamentalmente, honradez. Un gran honradez había en todas las actitudes del
Dr. Amadeo Sabattini. Así practicaba la democracia en el prístino sentido de
las virtudes republicanas. Su gobierno en la provincia de Córdoba fue un alto
ejemplo de honestidad política y administrativa. Hubo honestidad en todo, y esa
honestidad que lucía la conducta del gobernante se contagiaba y se imponía.
Su mística
lo hizo señor del renunciamiento en aras de la grandeza moral de la ciudadanía.
Alem era el verbo, Yrigoyen al quimera, Sabattini la fuerza creadora del
radicalismo.
Jamás pactó
con el totalitarismo; rehusó todo acceso al poder, no avalado por el pronunciamiento
de la soberanía popular. Frente al fraude era el comicio limpio; frente a la
transacción era la intransigencia; frente a la corrupción era modelo inmortal
de virtud ciudadana.
Las
inquietudes naturales del civismo lo llevaron a militar en las filas de la
U.C.R., porque traducía las inquietudes populares, libertades públicas,
democracia amplia en el orden político. Cuando llegó el año 1930 y con él, el
movimiento setembrino, inaugurándose la triste década consagrada bajo la
denominación de 'infame', poblada de violencias, fraude y peculados; figuras
como la del Dr. Sabattini iban a encontrar ancho campo para la acción política
en defensa de los derechos cívicos."...
José
Mellano...(fragmento
de un discurso inédito en homenaje a Amadeo Sabattini)
SABATTINI,
POR RAÚL ALFONSÍN
Córdoba es
una provincia cuyo espacio político ha estado marcado por una tensión constante
entre la tradición y la modernidad. Es el territorio de la Reforma
Universitaria del 18, que produjo un núcleo de intelectuales en los sesenta
cuya influencia aún subsiste, la del sindicalismo democrático y combativo de
los setenta.
Con el golpe
del 30 el país comienza una larga y lenta decadencia que lo marcará por más de
cincuenta años. En la misma época, Córdoba se transforma en una suerte de isla
democrática. El Sabattinismo, bajo la dirección de don Amadeo, gobernará la
provincia desde 1936 a 1943 y lo hará con una profunda transparencia
administrativa, impulsando reformas fiscales y crediticias dirigidas a los
sectores populares.
Grandeza es
una palabra impresionante que con frecuencia se encuentra en el lenguaje de los
argentinos, sobre todo cuando se busca justificar lo que es difícil de explicar
en los hechos: ¿Qué era la grandeza para Sabattini? Era la modernizacjón, pero
modernización que tenía como destinatarios al hombre y a la mujer concretos.
Modernización basada en la equidad y la libertad. Modernización, independencia,
honestidad, transparencia, equidad y libertad. Ese era el credo de Amadeo
Sabattini y el único camino para construir una identidad nacional.
Le tocó
vivir en una época donde estaba ausente un sistema político legítimo en el
país. Donde la sociedad no tenía un consenso básico sobre las reglas de juego
político y se había acostumbrado a las políticas de opresión, las
proscripciones, los planteos militares, la inestabilidad.
Seis años
después de su muerte, el golpe de 1966 abre la puerta para que los argentinos
entremos en los años ciegos. Ese golpe militar expresaba la vitalidad de la
Argentina corporativa, contradictoria con la precaria Argentina Republicana por
la que luchaba Sabattini. Por ese entonces, el rostro de la Argentina
corporativa se manifestaba sin arrugas. Sabattini fue uno de los pocos que tuvo
cabal comprensión del alto costo que se pagaría por priorizar una alianza de
intereses que hipotecaba el futuro de las generaciones argentinas".
RAUL
ALFONSÍN
Fuente:
Félix Torres (comp.), Amadeo Sabattini, su pensamiento politico, 1935-1940.